Estimados compañeros,
En atención a lo comentado sobre la importancia de compartir información y reflexiones para aprender, dejó aquí algunas ideas vinculadas al mundo de la educación online y un interesante artículo al respecto aparecido hace algunos meses en el Diario El País de España sobre los desafíos que ésta educación aún tiene y
los desafíos que plantea a la educación superior tradicional.
Dejo las siguientes reflexiones que pueden servirles como “gatillantes” para que ustedes también
manden las suyas y las vayan dejando en los comentarios.
- 1.
La barrera de
entrada y el criterio en debate a nivel internacional sobre este tipo de
educación es de si la seguridad y confianza que los mínimos de calidad
educativa se cumplen en estos cursos en internet. En Chile, si bien
el año 2012 fue un serio golpe a su prestigio, el monopolio legal de
certificación de calidad en educación lo tiene hasta el momento el MINEDUC y el
CNED, por lo que ellos debieran ser quienes abran la puertas para el debate de
cursos, programas y carreras online. Serían ellos los responsables legales de
mostrar qué criterios deberán cumplir esos programas online para que tengan
“calidad” (al menos en términos formales).
-2.
El CNED y el SIES
del MINEDUC al proponer y fomentar criterios para la evaluación de la calidad
de las IES (Instituciones de Educación Superior) como el de la empleabilidad posterior de los titulados en el mercado
laboral, podría estar acercándose, en el futuro a mediano y largo plazo,
a un enfoque en que los mínimos a cumplir en la entrega de calidad de la enseñanza
(en un constante proceso de evaluación y actualización con respecto a las
necesidades del mercado laboral) también dependan de este mercado
laboral. En este sentido, las necesidades mínimas que debe entregar la
enseñanza de cursos y carreras online también estarían en el futuro a mediano y
largo plazo, directamente vinculadas a los movimientos del mercado laboral.
-3.
Si bien el aumento
de los potenciales estudiantes es un incentivo enorme para acercarse a estos
cursos online, podría existir un riesgo para la industria de las IES nacional
pues una vez integrados los cursos y carreras online validados en nuestro
sistema, estos se sustentarían sobre la percepción de calidad de las
instituciones que imparten esos programas. En otras palabras, ¿por
qué voy a pagar 10,000 pesos chilenos para estudiar un programa online en la
U.Pelotiyehue si por los equivalentes 20 USD puedo estudiar un programa similar
en M.I.T. de California o en la Universidad de Salamanca?
-4.
Por lo anterior,
para entrar a este rubro lo que habría que sostener con fuerza, invirtiendo los
costos en tecnología que fueran necesario, es el Prestigio de la institución
pero también la calidad de cada programa que se esté ofreciendo. Un mal
programa contagiará la percepción de calidad de toda la institución y de sus
otros programas virtuales, siendo el riesgo de viralización de un mensaje
negativo mucho mayor en internet (además de que en ese medio todo es
“imborrable”). No se puede entrar en esto con el objetivo de
“optimización de recursos por estudiante” sino que para entrar aquí el criterio
superior debe ser la entrega de Educación de Calidad, en sus contenidos,
docentes, formatos y tecnologías implicadas; quien quiera entrar aquí
compite con Harvard y Paris VII directamente y es con ellos que será comparado.
-5.
Son las IES
tradicionales que enseñan carreras teóricas (cuyos programas según el artículo
son más fáciles de entregar via internet con un mínimo de calidad aceptable)
las que enfrentan más riesgos ante esta posible tendencia en el rubro de
las IES. Una enseñanza práctica que exige
experiencias presenciales en talleres o, por ejemplo, con la degustación de
vinos, cocinando y/o armando un evento cultural en terreno, no puede ser tan fácilmente reemplazables desde
una pantalla con conexión a internet.
-6.
Si la educación
virtual madura, en el futuro en las IES será más importante la
infraestructura práctica de una institución (talleres, laboratorios, etc)
que la teórica (aulas), la cual podría llegar a ser reemplazada por una
pantalla. Por otro lado, las mismas aulas teóricas deberán
evolucionar y tener también los implementos necesarios de señal, audio, luz,
conexión, pizarra digital, etc., para poder transformarse en “aulas a
distancia”.
-7. Falta una opinión al respecto de todo esto del CNED y evaluar con herramientas más cuantitativas si
efectivamente ellos y la industria (CFT - IP - Universidades, Consejo de Rectores, Mineduc, etc.) caminan en esta dirección.
Hasta aquí llego y quedo atento a las ideas que pueda recibir al respecto.
Saludos!